Con esos diferentes ejemplos de perdón en el país vasco, hemos visto cuales son las posibilidades para que la sociedad vasca se pacifique. Por un lado, las familias pueden decidir perdonar a las otras familias y, sin olvidar, hacer como si nada hubiera pasado. En este caso, las personas víctimas creen que la sociedad en general no es culpable y que sólo es el hecho de un particular.
Por otro lado, hay personas que deciden militar de manera apoyada para que las víctimas sean reconocidas y que su memoria se quede. Militan al fin de que la sociedad entera reconozca el sufrimiento de las personas que se enfrentan a ETA, y de manera general, tienen una opinión más radical en cuanto al debate sobre la independencia vasca. Esas personas ponen la énfasis en la lucha contra la impunidad de los asesinos además de reivindicar la imposibilidad de perdonar.
Otro aspecto del problema de perdón en el país vasco es determinar el papel del gobierno y de la justicia para pacificar la sociedad. El gobierno, apoyado por el sistema judicial, puede hacer leyes para sostener a las familias de las víctimas, para protegerlas del aislamiento social o para rehabilitarlas en la sociedad vasca. Por otro lado, una intervención del gobierno en el campo social de las relaciones entre vecinos es muy difícil y puede ser muy perjudicial. Por ejemplo, si una familia víctima de ETA fuera ayudada por el gobierno, pues podemos imaginar una situación en la que la sociedad de la ciudad o del pueblo se distanciara de esa familia para que no sean la próxima víctima de la organización terrorista.
Al fin y al cabo, los artículos revelan que ninguna opción fue elegida por el momento. En efecto, la memoria en el país vasco es el producto de diferentes grupos políticos y de sus visiones del conflicto, por eso, es importante que uno sepa distinguir las políticas del Partido Popular y las del Partido Socialista Obrero Español.
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